La Asociación Accionistas Unidos del Sevilla FC hace
balance de la temporada 2018-2019 en distintos apartados que explicamos a
continuación.
EN LO
SOCIAL
La
temporada ha sido un desastre absoluto porque la compra venta de acciones desestabilizó a la masa social y
ha provocado que hoy haya 2.100 accionistas menos, se ha pasado de más de
10.000 a menos de 8.000 accionistas.
La opacidad de Castro junto al silencio de Del Nido,
Carrión, Alés, Guijarro y Miñán enturbiaron la Junta al no contestar, durante
cinco meses, si firmaban el PACTO POR EL SEVILLA que recogía la modificación del
artículo 18 de Estatutos Sociales del club con el objetivo de blindar el estadio
“Ramón Sánchez-Pizjuán” y la Ciudad Deportiva “José Ramón Cisneros Palacios” de
posibles especulaciones. Los silencios y las opacidades del consejo de
administración y de los accionistas mayoritarios han lesionado la imagen de la
entidad por falta de credibilidad. El hecho de votar en contra de la protección
del patrimonio del club (33,32% votó NO) y un 57,60% se abstuvo sirivierón para
lo mismo. El 90,92% (suma de las
acciones de Del Nido, Carrión, Castro, Alés, Guijarro, Miñán y Sevillistas
Unidos 2020 SL) no atendieron las demandas de los accionistas ni de los
abonados.
Fue
un grave error que el Consejo de
Administración no fuese transparente
en la Junta General del pasado diciembre porque es el sitio para comunicar
las novedades ya que estaba representado el 78,5% del accionariado con 81.189
acciones. Ni más ni menos que un 14% más que en 2016.
La
decepción de la elección del nuevo
consejo de administración conformado por familiares directos de los
accionistas mayoritarios con un perfil profesional menor del que tenían los
consejeros salientes Villanueva, Valdés, Moscoso, Somalo y Ellauri es difícil
de comprender ya que la toma de decisiones en el competitivo mundo del fútbol actual
son, cada vez, más complejas.
Otra falsedad es la evolución de Andrés Blázquez y
Sevillistas Unidos 2020 SL (SU2020) en el seno del club, porque en agosto eran
desconocidos para los máximos representantes del Sevilla FC y, curiosamente,
cuatro meses después se convertía en miembro del Consejo de Administración.
Diálogo
roto. El 28 de marzo Accionistas Unidos
dirigió una carta al Consejo de Administración del SFC para volver al diálogo
interrumpido tras la Junta General de Accionistas de diciembre. Desde AU-SFC
entendemos que el SFC se fortalece desde la unión y las aportaciones de todo el
sevillismo. El día 4 de junio hemos recibido por respuesta con la negativa al
diálogo constructivo y a una serie de peticiones en favor de la transparencia y
de los intereses generales de la entidad. Esperamos que rectifiquen en
beneficio del sevillismo.
INFRAESTRUCTURAS
Hay un factor social muy importante que está
relacionado con la mejora de las
infraestructuras en el estadio. La ampliación de las dos gradas de Gol era un
compromiso (explicado en prensa por el club en marzo de 2018) que ha sido
reemplazado por otra prioridad la de competir para conseguir que una final
europea se celebre en el Ramón Sánchez-Pizjuán. La ampliación de estos graderíos
debe seguir siendo lo primero porque es la demanda más importante del
sevillismo, que no está siendo escuchado, al ser las zonas del estadio donde
los abonos son más económicos. Cuando una entidad cambia su planificación
demuestra falta de previsión, compromiso y rigor.
Tampoco entendemos que un club como el Sevilla FC,
con 200 millones de presupuesto, y en una ciudad como Sevilla no pueda acometer
ambas reformas a la vez: la ampliación de las gradas de Gol Norte y Gol Sur junto
a la reforma de la zona de Preferencia para una posible final de UEFA Europa
League.
EN LO DEPORTIVO
La temporada
ha sido decepcionante y hasta se
puede calificar de fracaso porque no se ha cumplido el objetivo, siendo tan
barato (en puntos) el cuarto puesto que da acceso a la UEFA Champion League.
Muchas decisiones erráticas por parte del consejo de administración han generado
que el Sevilla FC brille menos.
EN LO ECONÓMICO
El club sigue con superávit pero continua con un modelo económico de riesgo porque
un alto porcentaje de los ingresos en cada presupuesto anual depende de la
venta de jugadores. Los ingresos por
traspasos durante las últimas temporadas han sido los siguientes, a saber: En 2013:
31M€; en 2014: 30M€; en 2015: 37M€; en 2016: 42M€; en 2017: 57M€; en 2018: 62M€. Entendemos que es un modelo de riesgo que debe
cambiar. ¿Qué pasará con la temporada en la que no se ingrese por buenas ventas
esas millonadas?
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